Anatomía y fisiología comparada de los aparatos digestivos
Arriba: Fotografía de un cristal constituido por moléculas de diastasa (hoy denominada amilasa). Abajo: Cristal de pepsina humana |
Como hemos visto, los animales, por ser heterótrofos, necesitan tomar del medio los alimentos formados por sustancias químicas complejas que no pueden absorber ni sus células utilizar de forma directa por lo que han de transformarlas previamente, mediante la digestión, en moléculas simples y iones, a lo que llamamos nutrientes.
El primero en estudiar científicamente la digestión fue el físico francés René- Antoine Ferchault de Réaumur (1683-1757). En 1752 hizo deglutir a un azor domesticado pequeños tubos metálicos que contenían carne; dichos tubos protegían a la carne de cualquier acción mecánica de molienda, pero, al mismo tiempo, permitían que los procesos químicos del estómago pudieran actuar libremente sobre la carne a través de unos orificios cubiertos por una fina malla metálica. Réaumur comprobó que, cuando el halcón regurgitaba esos tubos, los alimentos aparecían parcialmente disueltos e iban acompañados de un fluido amarillento.
Posteriores experimentos desarrollados a lo largo de los siglos XVIII y XIX pusieron en evidencia la presencia de unas sustancias químicas que provocaban la descomposición de los alimentos. Estas sustancias fueron llamadas primero fermentos por la similitud de su acción con la que llevaban a cabo las levaduras en las fermentaciones y, más tarde, enzimas. Estas sustancias orgánicas, como la amilasa y la pepsina (ilustración izquierda), catalizaban los procesos digestivos tan aparentemente similares a una fermentación
Años más tarde, se descubrió la naturaleza química de las enzimas y se supo que la inmensa mayoría son proteínas; también fue dilucidándose su papel en los procesos que tienen lugar en los seres vivos, entre ellos, como veremos en epígrafes posteriores, la digestión. Para realizar este último proceso, es decir, convertir lo complejo en sencillo, surge la necesidad de poseer un aparato digestivo.
Lee y reflexiona
La experimentación en busca de la comprensión de los procesos fisiológicos no siempre es un camino fácil, en especial para el sujeto sometido a ella:
En 1822, un trampero canadiense de origen francés, de 25 años de edad, llamado Alexis St. Martin, recibió accidentalmente un tiro de escopeta en el estómago desde corta distancia, en la isla Mackinac (lago Hurón), abriéndole una herida por la que se veía parte de un pulmón y el estómago, del cual se vertía el alimento por la abertura. A pesar de la gravedad de la herida, St. Martin sobrevivió y, de manera inesperada, los bordes del orificio gástrico se fusionaron con los de la herida dejando una fístula que comunicaba la cavidad gástrica con el exterior.
William Beaumont, cirujano del ejército que atendió al herido, comenzó ese mismo año a experimentar con él colocando diversos alimentos y sustancias directamente en el estómago para observar la digestión, además de extraer el jugo gástrico para hacer otros ensayos. En 1833 publicó "Experiments and Observations on the Gastric Juice and the Physiology of Digestion", en que exponía los resultados de sus experimentos así como un grabado de la famosa fístula de St. Martin. Estos experimentos, llevados a cabo durante años, muchas veces obligando al paciente a someterse a ellos (St. Martin llegó a escapar en dos ocasiones de Beaumont, que le persiguió y obligó a continuar sometiéndose a su observación), fueron duramente criticados ya en su época, aunque se ha considerado a Beaumont como el fundador de la fisiología norteamericana.
Basado en Rattray Taylor, G. "La ciencia de la vida: historia gráfica de la Biología" , página 249. Ed. Labor S.A., 1964.
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