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2.2. La construcción del socialismo real

La victoria de la URSS en la guerra significó el triunfo del sistema comunista soviético en Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Bulgaria y Rumanía. De acuerdo con lo pactado en Postdam y Yalta, estos países quedaron bajo la influencia soviética. Como su tradición democrática era escasa, los partidos comunistas que participaron en la resistencia se integraron en los primeros gobiernos de Unidad Nacional, y desde 1948 proclamaron regímenes (democracias populares) que seguirían el modelo soviético.

Entre 1949 y 1953 Stalin ordenó severas purgas entre los disidentes, igual que había hecho en la URSS, sobre todo en Polonia y Rumania. Fue entonces cuando, siguiendo el modelo soviético, se nacionalizó toda la industria, se colectivizó el campo y se planificó el sistema económico. Un caso muy especial fue el de Yugoslavia donde los partisanos de la Resistencia habían conseguido la liberación sin la colaboración del Ejército Rojo. Su líder, Iósip Broz Tito, acabó con la monarquía y proclamó la República Popular y Federativa. Estableció un régimen comunista semejante al de la URSS, pero sin permitir que aquélla lo manejara.

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