1.5. El frente de la Unión Soviética (1941-1943)

El 22 de junio de 1941 Hitler invadió la URSS e iniciaba la operación Barbarroja en la que participaron más de tres millones de soldados. 

La campaña en la URSS fue el mayor enfrentamiento militar de la historia. Como el territorio era muy extenso, los alemanes trazaron tres líneas de avance: hacia el norte, para controlar Leningrado y el Báltico; hacia el centro, hasta Moscú; y hacia el sur para ocupar las fértiles regiones de Ucrania y las zonas industriales del Donetz y el Cáucaso. Pero Stalin, alineado con los Aliados, ordenó el traslado de todo el equipamiento industrial al otro lado de los Urales, lo que dificultó el abastecimiento alemán.

Los alemanes avanzaron rápidamente en los primeros meses, pero sufrieron el primer revés cuando se encontraron con la resistencia de Leningrado y fracasaron en Moscú. Entonces los soldados de Hitler, como ocurriera con los de Napoleón, tuvieron que enfrentarse con el crudo invierno ruso y llevaron a cabo una política de tierra quemada a miles de kilómetros de Alemania. La falta de víveres les hizo exterminar a los no combatientes y prisioneros de guerra, especialmente a los judíos.

La batalla de Stalingrado fue la más larga y sangrienta de toda la guerra (murieron 300.000 alemanes, 450.000 italianos y rumanos y 108.000 hombres fueron hechos prisioneros) y fue igualmente dura para los soviéticos.

Stalin pidió reiteradamente a los aliados que abrieran otro frente en Europa para aliviar la tensión sobre la URSS, decisión que demoraron intencionadamente. En enero de 1943 el hasta ahora “invencible” ejército alemán, era derrotado y se rindió.