La formación de la orina
En general, los tetrápodos terrestres han de producir una orina hipertónica, puesto que deben eliminar el exceso de sales y de urea sin perder demasiada agua. En el riñón de los mamíferos, los túbulos renales de las nefronas atraviesan alternativamente una región isotónica (la corteza renal) y otra hipertónica (la médula), lo que les va a permitir formar una orina concentrada. La formación de orina tiene lugar en cuatro etapas:
- Filtración. La sangre procedente de la arteria renal llega al corpúsculo de Malpighi; debido a la presión sanguínea, se produce un filtrado del contenido de los capilares del glomérulo, y casi todo el plasma sanguíneo, excepto las proteínas de elevada masa molecular y las células sanguíneas, pasa a la cápsula de Bowman. El líquido filtrado está formado básicamente por agua, iones, glucosa, urea y aminoácidos.
- Reabsorción de solutos y de agua. El líquido filtrado discurre por el túbulo contorneado proximal que se encuentra rodeado de capilares (capilares peritubulares). Estos reabsorben las sustancias útiles, como glucosa, gran parte de los iones, aminoácidos, vitaminas…; el agua pasa a los capilares de forma pasiva, obteniéndose finalmente una orina isotónica.
- Secreción de iones y reabsorción de agua. El organismo ha de recuperar todavía más agua y, para ello, se produce un bombeo de iones cloro y sodio desde la rama ascendente de los túbulos a la descendente en las proximidades del asa de Henle, lo que hace que aumente la concentración en la región descendente del asa de Henle y disminuya en la ascendente; al llegar a la parte cortical del túbulo contorneado distal el fluido es hipotónico, por lo que se produce una reabsorción de agua hacia los capilares peritubulares.
- Nueva reabsorción de agua. En los túbulos colectores se puede reabsorber más agua y distintos solutos en función de las necesidades del organismo y bajo la influencia de la hormona ADH o antidiurética, que regula la concentración de la sangre; si la sangre está más diluida, la ADH hará que se reabsorba muy poca agua y que se forme, por tanto, una orina diluida; en caso contrario, la reabsorción de agua en los tubos colectores es grande.
Como resultado de todos estos procesos se forma un líquido final con una alta concentración de urea y otras sustancias de desecho que llega finalmente a los uréteres y de allí desciende a la vejiga o a la cloaca, según los grupos de animales. La formación de orina tiene lugar de forma constante, aunque su evacuación sea intermitente.
Por otra parte, los capilares peritubulares terminan confluyendo en la vena renal, que sale del riñón llevando sangre libre de residuos.
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