Introducción
Los nutrientes procedentes de la digestión han llegado a todas las células del organismo y han sido utilizados para construir estructuras celulares y para obtener la energía necesaria para mantener las funciones vitales. Como consecuencia de la actividad celular, se han producido una serie de sustancias de desecho. Estos residuos, cuando alcanzan cierta concentración, pueden ser tóxicos para las propias células, por lo que han de ser expulsados fuera del organismo para que la composición del medio interno se mantenga dentro de unos límites tolerables. Algo parecido ocurre con el agua y las sales minerales, cuya concentración, como enseguida veremos, ha de estar correctamente regulada.
Obra publicada con Licencia Creative Commons Reconocimiento No comercial Compartir igual 4.0