3.3. Estrategias adaptativas
A partir de este diseño básico, los distintos grupos de animales van a presentar diferentes peculiaridades relacionadas principalmente con el tránsito del medio acuático al terrestre que, al igual que las plantas, han efectuado los animales. No obstante, las estrategias seguidas por estos últimos difirieron de manera sustancial a las empleadas por las plantas, debido fundamentalmente a las características de su ciclo vital, sin esporofitos y con una sola generación productora de gametos por meiosis. Algunos animales, como los cnidarios, presentan alternancia de generaciones; pero ninguna de ellas origina esporas de resistencia, que fue el primer rasgo que permitió a los vegetales exponerse a la sequedad propia del ambiente aéreo. Por este motivo, la transición de la vida acuática a la terrestre tuvo lugar mediante cambios en el proceso de fecundación y en la etapa embrionaria; es decir, el proceso evolutivo actuó sobre la única generación que sus ciclos vitales exhiben.
En efecto, mientras que la mayoría de los animales acuáticos depositan los gametos directamente en el agua circundante, y su unión (fecundación externa) depende en gran medida del azar, en muchos animales terrestres la fecundación tiene lugar en el interior del cuerpo de la hembra, frecuentemente en los conductos reproductores, que de alguna manera "remedan" el ambiente acuático necesario para el desplazamiento de los gametos masculinos. Este método se denomina fecundación interna y requiere cierta cooperación entre ambos sexos, por lo que en muchas especies se han generado patrones de conducta que aseguran la unión de ambos sexos, el apareamiento en el momento oportuno y el cuidado posterior de las crías.
Los percebes (izquierda) y los cangrejos (derecha) se desarrollan a partir de larvas muy similares (llamadas "nauplius"), a pesar de las abismales diferencias visibles en estado adulto. |
También el desarrollo del embrión en las especies acuáticas ocurre típicamente en estado libre, mientras que las especies terrestres han tenido que internalizarlo siguiendo diversas estrategias (formación de huevos con cáscara, desarrollo de úteros…).
Así pues, un estudio comparativo de los sistemas de reproducción y del desarrollo embrionario de los animales puede facilitarnos significativas pistas sobre su historia evolutiva. El mismo Darwin se había percatado de que con frecuencia los embriones de los animales presentan rasgos que no tienen nada que ver con su existencia adulta. Por ejemplo, los percebes y los cangrejos son muy diferentes en estado adulto, pero sus larvas son similares; por esta razón, ambos se incluyen en los crustáceos (ilustración derecha). Los gorilas y los tiburones adultos intercambian gases de maneras muy desiguales, pero sus embriones presentan arcos branquiales homólogos que perfilan el ya descrito "plan de organización" común y permiten clasificarlos en un mismo grupo (los vertebrados).
No obstante, Darwin alertó sobre la posibilidad de errar en las interpretaciones evolutivas basadas en la reproducción y el desarrollo, ya que las larvas pueden adaptarse a condiciones de vida no comparables a las del adulto: algunos estadios de desarrollo pueden modificarse (o suprimirse), de modo que animales emparentados pueden exhibir pautas de desarrollo muy dispares, como estudiaremos a lo largo de esta Unidad.
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