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Aparato circulatorio cerrado en invertebrados

Nemertinos

En los nemertinos, o gusanos marinos con trompa, hay dos vasos longitudinales interconectados anterior y posteriormente. Los vasos mayores son contráctiles, pero la circulación no está dirigida: la sangre circula en ambos sentidos según el movimiento del animal. La sangre contiene a menudo corpúsculos con pigmentos rojos, amarillos o verdes de función incierta, además de amebocitos.

Cefalópodos

Aparato circulatorio cerrado de calamarLos cefalópodos, a diferencia del resto de los moluscos, son grandes y veloces nadadores debido, en parte, a que poseen un aparato circulatorio más eficaz que el resto de los animales de su grupo: cerrado y con una densa red de capilares. Su sangre contiene hemocianina disuelta.

Al igual que los moluscos con aparatos circulatorios abiertos, el líquido circulatorio de las branquias pasa de las aurículas del corazón al ventrículo, que lo envía a las arterias y capilares. Pero la presión producida por la contracción del corazón va disminuyendo según la sangre se aleja del mismo para irrigar los distintos tejidos; de forma que cuando, tras abandonar éstos, llega a las branquias para oxigenarse, su velocidad es ya muy lenta, lo que dificulta el intercambio gaseoso. Este inconveniente ha hallado solución en la presencia de corazones secundarios en la base de las branquias, que elevan la presión de la sangre y la impelen hacia los capilares branquiales.

Anélidos

Aparato circulatorio cerrado de lombriz de tierraEn los anélidos la sangre circula por un vaso dorsal hacia delante y varios vasos ventrales hacia la parte posterior del cuerpo. El gran vaso dorsal es el motor principal y por ello recibe el nombre de corazón. El vaso dorsal y los ventrales están conectados por vasos transversales –que incluyen redes de capilares en algunas especies– en cada uno de los segmentos del cuerpo. Las ramificaciones de estos vasos transversales envían la sangre a la piel, donde se produce el intercambio de gases; de allí, otros vasos la conducen a los diversos tejidos y órganos. En ciertos casos, como en la lombriz de tierra, los vasos transversales de los segmentos anteriores son de mayor diámetro que el resto, con una pared más gruesa, y se asemejan en su función a un corazón (vasos pulsátiles); sus contracciones impulsan sangre hacia los vasos ventrales. En el vaso dorsal y en los pulsátiles existen válvulas que impiden el retroceso de la sangre.

La sangre de los anélidos puede carecer de pigmento respiratorio, o bien tener hemoglobina (a veces clorocruorina o hemeritrina) que nunca está incluida en células; generalmente, el transporte de nutrientes y de sustancias de desecho corre a cargo del líquido intersticial, no de la sangre.

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