Para practicar...

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La concentración circulante de hormona juvenil es máxima en los estadios tempranos de la larva y baja a un mínimo al final del período de pupa (si se inyecta hormona juvenil a una pupa ésta no se transforma en el individuo adulto, sino en otra pupa). La metamorfosis al estado adulto ocurre cuando la hormona juvenil desaparece de la circulación.

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Sí, debido a su potencial para impedir que los insectos alcancen la madurez y, por lo tanto, la posibilidad de reproducirse. (La hormona juvenil y sus análogos sintéticos son medios prometedores, no tóxicos y ecológicamente eficaces, para combatir a los insectos, y contra los cuales es muy difícil que desarrollen resistencia).

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el nivel de glucosa en sangre. Simultáneamente, se pone en marcha la división simpática del sistema nervioso autónomo, que también incrementa el nivel de glucosa en sangre (a partir del hígado, donde está almacenada en forma de glucógeno).

Ambos sistemas movilizan, pues, una gran cantidad de energía para que el cuerpo de la cebra reaccione ante el peligro, además de acelerar el ritmo cardíaco, elevar la presión arterial, y producir un aumento de la presión sanguínea en los músculos estriados (para la carrera) y en el corazón (para que bombee suficiente cantidad de sangre a los pulmones –se incrementa el intercambio de gases– y a los músculos) con el fin de realizar el máximo esfuerzo.

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En primer lugar, el hipotálamo es estimulado al recibir señales de la corteza (procesadas, a su vez, con la información suministrada por los sensores de temperatura) y segrega el factor liberador. A continuación, el factor liberador llega a la hipófisis y hace que ésta segregue TSH. La TSH llega por la sangre hasta la tiroides que, a su vez, segrega tiroxina, y ésta estimula la intensidad del metabolismo, el tiriteo y otras acciones encaminadas a elevar la temperatura basal. Cuando hay un índice alto de tiroxina en sangre, algunas de estas moléculas llegan hasta el hipotálamo y hasta la hipófisis, donde inhiben la producción del factor liberador y de TSH, respectivamente.

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No, porque son producidas por glándulas exocrinas que vierten sus productos al exterior del organismo, en lugar de ser producidas por glándulas endocrinas que vierten sus productos a los líquidos circulantes.