1. El ciclo del carbono desde el interior de la célula
La energía proporcionada por los procesos catabólicos es necesaria no solo para mantener en funcionamiento la maquinaria celular, sino para formar orgánulos, ensamblar microtúbulos y, en definitiva, desarrollar todo tipo de trabajo celular. En último término, sin embargo, dicha energía proviene del Sol. Peo el proceso de captación de la energía solar, que estudiaremos en la Unidad 9, va asociado a la asimilación del dióxido de carbono y su transformación en materia orgánica.
El dióxido de carbono (CO2) sirve para fabricar nuestros alimentos y buena parte de las fibras y materiales de construcción; la madera, el petróleo, el gas natural y el carbón contienen carbono atrapado por las plantas y por otros organismos a partir del CO2; y de la cantidad de CO2 depende la temperatura de nuestro planeta, nuestro bienestar e incluso nuestra vida. A su vez, la cantidad de CO2 está supeditada a un entramado de procesos geológicos y biológicos, del que cabría destacar dos rasgos:
- Los procesos naturales que producen CO2 se nivelan aproximadamente con los que lo consumen (aunque dicho equilibrio es muy endeble, y los seres humanos lo hemos alterado de manera más que notoria), lo que nos daría pie a hablar de un ciclo del CO2 (véase la ilustración siguiente).
- En el transcurso de tales procesos el carbono del CO2 pasa a formar parte de la materia orgánica y de compuestos como el metano (CH4) o el ión bicarbonato (HCO3¯). Por esta razón, resultará más adecuado referirse al ciclo del carbono.

Esquema global del ciclo del carbono. En los recuadros se señala la cantidad de carbono, expresada en petagramos (1 Pg = 1015 g), acumulada en varios depósitos, y junto a las flechas se indica cuánto carbono se intercambia al año entre ellos (fuente: ASH).
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