4.2. Aplicaciones médicas y farmacológicas de la ingeniería genética
Las técnicas que acabamos de ver en el apartado anterior son una pequeña muestra de las herramientas de la ingeniería genética. De su enorme potencial práctico en Medicina y Farmacología dan cuenta los siguientes ejemplos:
A. Terapia génica▼
Consiste en la localización de genes defectuosos —capaces por tanto de provocar enfermedades— y sustituirlos por genes sin anomalías. La célula a la que se le ha introducido un gen en forma artificial se conoce como célula transgénica, y al gen involucrado se denomina transgen. Esta técnica también permite detectar enfermedades potenciales e iniciar un tratamiento preventivo (como, por ejemplo, algunas enfermedades cardíacas) que evite que la enfermedad se desarrolle. A través de sondas génicas se rastrea el ADN en busca de los genes defectuosos responsables de enfermedades genéticas graves, para sustituirlos o bien comenzar un tratamiento preventivo.
La terapia génica se puede realizar en células somáticas, con lo cual solo se modifica el individuo sobre el que se actúa, y en las células germinales (espermatozoides y óvulos, aunque no se aplica en humanos por razones éticas), lo que origina un cambio permanente de todo el organismo y en las siguientes generaciones.
La terapia génica se utiliza para el tratamiento de algunos tipos de cánceres y de enfermedades sanguíneas, pulmonares y hepáticas. Esta técnica puede ser realizada tanto ex vivo como in vivo.
- El primer caso (véase la ilustración siguiente) consiste en el tratamiento in vitro de las células o tejidos de un individuo afectado o de un donante, a las que se les transfiere, con distintos vectores, el gen terapéutico; las células o tejidos modificados son posteriormente injertados en la persona afectada.
Terapia ex vivo utilizada para el tratamiento de la Inmunodeficiencia severa combinada. El gen ADA es imprescindible para la formación de células T y NK del sistema inmune a partir de las células madre. Sin este gen, las células no se desarrollan, no crecen y tampoco proliferan. Los afectados están indefensos frente a la más leve infección y se ven obligados a vivir en el interior de una burbuja estéril bajo un estricto control. La terapia génica puede solucionar este problema (Fuente: http://www.aragoneria.com/boreas/articulos/terapiagenica1.htm). - La metodología in vivo se emplea cuando las células afectadas no pueden ser cultivadas o reemplazadas; en este caso, se manejan técnicas de ADN recombinante.
En ambos casos, se usan como vectores virus (retrovirus o adenovirus) o liposomas (véase la Unidad 2), y la transferencia se realiza por endocitosis mediada por receptor o, en células superficiales, por pistola génica (véase la ilustración de la derecha).
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Las técnicas de terapia génica también permiten introducir genes suicidas en células tumorales (estos genes cifran para una enzima que es capaz de modificar una sustancia no tóxica, convirtiéndola en un metabolito tóxico que lleva a la muerte de la célula tumoral). Asimismo, es posible incluir en el tumor o en el organismo genes de sustancias inmunoestimulantes como la interleucina 2, que potencialmente protegen de distintos tipos de cáncer y de sus recidivas. Igualmente, mediante terapia génica ex vivo se pueden elaborar vacunas a partir de las propias células tumorales de un enfermo.
Pistola génica utilizada para introducir en ratones una vacuna genética contra el Alzheimer. El ADN se une a partículas de oro coloidal de 1 micra de diámetro y luego son disparadas a gran velocidad hacia las células que se desea modificar (Fuente: http://www.bio-rad.com).
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Hasta ahora, para el diagnóstico prenatal preciso de posibles anomalías cromosómicas se solía realizar un análisis del cariotipo lo que requería un periodo de cultivo de varias semanas. Actualmente se pueden diagnosticar rápidamente estas alteraciones (en 24 horas) utilizando una técnica mixta de QF-PCR (quantitative fluorescence polymerase chain reaction). Gracias a la PCR obtenemos gran cantidad de muestra, y la inmunofluorescencia nos permite cuantificarla.
La PCR, la QF-PCR y la secuenciación también se usan para el diagnóstico molecular, que consiste en la determinación de cambios en la secuencia o en la expresión de genes críticos en el cáncer (por ejemplo, para localizar algunas translocaciones relacionadas con leucemias agudas). Estas técnicas son muy sensibles, lo que permite realizar un diagnóstico preciso incluso antes de que el cáncer se manifieste clínicamente o determinar la presencia de enfermedades residuales en pacientes en remisión clínica.
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En la actualidad, se emplea la tecnología del ADN recombinante con fines comerciales; por ejemplo, se produce insulina humana en la levadura Saccharomyces cerevisae, por clonación del gen correspondiente. También con estas técnicas se elaboran vacunas, como la de la hepatitis B (la mayoría de los factores antigénicos son proteínas, y por ello se clona el gen adecuado).
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